Hay algo hipnótico en abrir la caja de Art Society juego de mesa que convierte la colección de arte en un elegante rompecabezas. Ese inserto aterciopelado tipo gamuza te da la sensación de que estás abriendo una colección premium de arte real. Y de cierta forma, eso es exactamente lo que vas a hacer: construir tu propia pinacoteca, loseta por loseta, tratando de crear la exhibición más valiosa.
Si alguna vez jugaste Patchwork y pensaste “esto con un sistema de selección más tenso estaría florflai“, entonces estás en la reseña correcta.
Cómo se juega?
El concepto es elegante: eres un coleccionista de arte tratando de armar la galería más valiosa, o pinacoteca para los que somos más entendidos (ok no). Cada ronda se subastan obras de arte de diferentes formas (cuadradas o rectangulares) que tienes que ir colocando en tu tablero personal como un tetris de lujo.
Cada obra tiene tres características importantes: TIPO (hay 4 colores distintos), TAMAÑO (pueden ser de 2×2 hasta 5×5 casillas), y MARCO (también hay cuatro estilos de marco diferentes).
En cada ronda, uno de los jugadores actúa como subastador y escoge tantos cuadros como jugadores haya más uno. Estos cuadros se organizan por tamaño y se revelan todos a la vez.
Aquí viene lo interesante: todos los jugadores tienen una mano idéntica de cartas numeradas del 1 al 20. Cada ronda, todos escogen una carta en secreto y las revelan simultáneamente. El jugador con la carta más alta escoge primero, luego el segundo más alto, y así sucesivamente. Las cartas usadas van al descarte y no las puedes utilizar de nuevo en la partida.
El cuadro que nadie escoja va al “museo” y hace que ese tipo de arte (de los cuatro que hay) suba de valor para el puntaje final. Esto significa que a veces conviene dejar pasar ciertos cuadros para manipular qué tipos valen más puntos.
Una vez que tienes tu obra, viene la parte del rompecabezas: tienes que colocarla en tu pinacoteca y debe estar conectada a al menos otra loseta. Los cuadros del mismo tipo (mismo color) que estén adyacentes se penalizan, pero si conectas cuadros con el mismo estilo de marco, obtienes fichas de decoración que valen puntos extra.
La magia de los poliominós (o casi)
Seamos honestos: técnicamente no son poliominós puros. Las piezas son principalmente cuadradas y rectangulares, no esas formas raras tipo tetris que esperarías. Pero la sensación está ahí. Esa tensión de “¿cabrá esta pieza donde la necesito?” y “¿debería guardar este espacio para algo mejor?” es exactamente la misma.
Es como si el autor, Mitch Wallace, hubiera tomado la esencia de colocar piezas de Patchwork (el clásico de Uwe Rosenberg), la hubiera pulido, y le hubiera agregado una capa de selección estratégica que convierte cada decisión en un pequeño dilema táctico. ¿Gasto mi carta alta por esta pieza perfecta o ahorro para la siguiente ronda?
el arte de la selección
La mecánica de pujar para determinar el orden en que se eligen las pinturas es lo que realmente diferencia a Art Society. A veces vale la pena “gastar” una carta alta para asegurar la pieza perfecta, otras es mejor guardar las cartas altas para rondas más críticas.
Y como estas se van agotando, cada ronda se vuelve más tensa. Al final de la partida, cuando solo te quedan cartas bajas, cada decisión duele más. ¿Uso mi último 15 ahora o espero a que salga algo mejor?
El elemento del museo añade otra capa estratégica: a veces conviene dejar que ciertos tipos de cuadros (de los cuatro disponibles) vayan al museo para inflar su valor, especialmente si tienes muchos de ese tipo en tu galería.
Vale la pena Art society?
Te va a encantar si:
Disfrutas los rompecabezas de colocación de piezas (tipo Patchwork, Azul).
Las subastas te parecen divertidas y no estresantes.
Buscas algo que se sienta elegante pero no sea complejo.
Puede no ser para ti si:
Prefieres los poliominós “reales” con formas más complejas.
Las subastas te generan ansiedad o te parecen lentas.
Buscas algo con más interacción directa entre jugadores.
Palabras finales
Art Society no reinventa ninguna mecánica, pero las combina de una forma que se siente natural y satisfactoria. La tensión entre “¿cuánto pujo por esta pieza?” y “¿dónde la puedo ubicar?” mantiene el cerebro ocupado sin sobrecargarlo.
Las mecánicas de subasta ligera y el rompecabezas de colocación de losetas funcionan realmente bien juntas en un juego accesible, y esa combinación es más difícil de lograr de lo que parece. Muchos juegos fallan al intentar ser “fáciles de aprender pero difíciles de dominar”, pero Art Society encuentra ese punto dulce, ese que cuesta encontrar cuando hace mermeladas.
Además, hay algo especial en este juego y es que visualmente es muy agradable, creando una excelente presencia en mesa.
Si te gustan los rompecabezas abstractos con un toque de interacción estratégica, y no te molesta pagar un poco más por un inserto aterciopelado, Art Society merece un lugar en tu ludoteca.